Como último capitulo vamos a dejar una reflexión del trabajo realizado por el entrenador y su visión a lo largo del tiempo.
Me he inspirado en el libro LEGACY de James Kerr, donde habla sobre la selección de rugby de Nueva Zelanda, los famosos All Black y sus HAKAS. Una de las selecciones más famosas de todos los deportes del mundo, reconocida y admirada por todos. El funeral de una de sus máximas estrellas, John Lomu, fue retransmitido a todo el país y parte del universo del rugby. En dicho acto estaba presente el legado que se había trasmitido de generación en generación a los componentes de dicha selección.
Me he inspirado en el libro LEGACY de James Kerr, donde habla sobre la selección de rugby de Nueva Zelanda, los famosos All Black y sus HAKAS. Una de las selecciones más famosas de todos los deportes del mundo, reconocida y admirada por todos. El funeral de una de sus máximas estrellas, John Lomu, fue retransmitido a todo el país y parte del universo del rugby. En dicho acto estaba presente el legado que se había trasmitido de generación en generación a los componentes de dicha selección.
La Haka no es solo una danza guerrera
tribal maorí que la realizan para intimidar a sus oponentes, es más. Es una
danza donde ponen de manifiesto los valores que dicho grupo tiene, el respeto a
las tradiciones y al juego, y el coraje que van a demostrar una vez que
comience el juego.
Es el legado que han dejado generación en generación,
y entre sus principios se encuentra:
“MEJORES PERSONAS HACEN MEJORES ALL BLACKS “
Cuando las cosas no iban por el camino que ellos pensaban
que debía ser el correcto, hicieron una introspección y analizaron cuáles eran
sus valores más profundos, cuál era su propósito y cómo debía ser el liderazgo
del equipo en términos de qué ambiente querían crear. Se volvieron a inventar, desaprendieron
para volver a aprender. Tuvieron una renovación cultural.
A esto me estoy refiriendo cuando os digo que dejéis a
buen recaudo el legado que como entrenador de voleibol queréis dejar. Estad felices con
la función que desempeñasteis, orgullosos del trabajo realizado y tener la conciencia tranquila del proyecto que habéis perseguido.
En mi opinión el
voleibol es un “juego infinito”. Algunos dirán que no están de acuerdo pensando que los partidos acaban y las temporadas
también. Perfecto, el juego en si comienza y acaba todas las temporadas, pero
en cuanto te das cuentas, vuelves a empezar. Es como un bucle infinito.
Pensando en el fútbol, las jóvenes promesas de hace
años, son las estrellas de hoy y las leyendas del mañana.
Sin querer darte cuenta, pasas de una situación a otra
y después desapareces. Que es lo que queda, TU LEGADO.
El filósofo HERACLITO ya lo dijo en el S. V a.C “TODO FLUYE, NADA PERMANECE” y lo
visualizo con otra famosa frase “Nadie
se baña dos veces en el mismo río, el río cambia y también el que se baña”.
Todo es efímero.
Como yo considero que el voleibol es un “juego
infinito” utilizo una frase de Simón Sinek contextualizada para el voleibol “No
juegues solo para ganar, juega para perdurar”.
Ese es uno de los mejores legados que puedes tener.
Cuando vuelvo a
repasar el libro de Kerr toma mayor importancia otro principio: nadie es más
grande que el equipo, el
equipo siempre es lo primero. Hay muchos entrenadores que lo olvidan y se pliegan
a las peticiones de sus mejores deportistas. Su forma de actuar se ve condenada
en función de su rendimiento, y en ocasiones olvidan el principio de equipo.
Como veremos, es
importante el papel de nuestro líder, de nuestra estrella. El desarrollo de
nuestro equipo depende en muchos casos de la evolución de él. Pero tened en
cuenta que él no marca el nivel de tu equipo, lo marca el eslabón más débil de
la cadena. Una lesión inoportuna puede llevar al traste el proyecto definido.
En este proceso de
conseguir un recuerdo a tu trabajo, será importante la mística que creas en tus
equipos/proyectos. “La historia que te
cuentas a ti mismo, pronto termina siendo la historia que los todos los demás
cuentan sobre ti”.
Hay ciertos momentos
transicionales en la vida en que necesitamos evaluarnos y decir:
Bueno, ya no soy esa persona.
·
¿Quién soy ahora?
·
¿Por qué estoy aquí?
·
¿Cuáles son mis valores más profundos?
En el tiempo que este
entrenando a voleibol,
1.
¿Qué quiero hacer?
2.
¿Cómo quiero hacerlo?
3.
¿Por qué quiero hacerlo?
Si podéis responder estas preguntas y transformarlas en una
narrativa poderosa, ya sea individualmente o con el equipo, se transformará en
una bandera para ciertas acciones y comportamientos.
Creo que las
historias son lo que realmente motiva y mueve a los seres humanos: te dan un
propósito, expresan tus valores y comunican quién eres. La gente se conecta a
través de las historias, y ese mismo sistema de
creencias es lo que hace grandes a los equipos.
Ahora ¿Cuál es el
orden para responder a esas 3 preguntas?
Simon Sinek indica
que para perdurar en el tiempo (él se refiere a empresas u organizaciones, pero
es válido en nuestro cometido) las preguntas hay que realizarlas de dentro a
afuera, exactamente al contrario de como las hemos enumerado. Para que nuestros
deportistas nos sigan fielmente en nuestro proyecto tienen que estar
fidelizados con nosotros y necesitan saber el propósito que tenemos, la misión
que queremos cumplir y de esa forma es mucho más fácil conseguir nuestros
objetivos.
Muchas empresas no
triunfan en sus sectores porqué no tienen ese motivo, y cuando llegan los
primeros problemas sus clientes los dejan o abandonan, no tiene ningún sentido seguir
apoyándolos.
En esa misma conferencia puso un ejemplo sobre la importancia del motivo.
En la carrera por
conseguir el primer vuelo tripulado, competían los hermanos Wright ( Wilbur y
Orville) y Samuel Pierpont Langley. Su carrera fue muy distinta, los primeros
tenían poca ayuda tanto financiera como humana (poco dinero para contratar a
personal cualificado) , mientras que el segundo tuvo financiación por parte del
estado (50.000$ de principios del año 1900) con la cual contrato a los mejores
ingenieros del momento.
El triunfo de los
primeros fue el triunfo del MOTIVO, crear una maquina voladora que cambiaría el
curso del mundo, esa idea la compartieron con sus colaboradores, intercambiando
planos, diseños y todo aquello que se les pasaba por la cabeza. La idea al
final fue del equipo y lucho con todas sus fuerzas por conseguirlo. Tuvieron
claro el ¿por qué queremos hacerlo?
En el otro lado,
Langley solo tenía un ¿Qué hacer? Una maquina voladora que me haga rico y
famoso. Compartía poca información con sus ingenieros por miedo a que le
robaran la idea, y al final estos solo trabajaban por la buena paga que les
proporcionaba. Fracasaron, como lo hacen muchas empresas.
Simon Sinek explica,
que una vez que se enteró que los hermanos Wright lo consiguieron, no continuo
con el proyecto. No había MOTIVO para seguir en él, ya no obtendría ni fama ni
dinero. Si hubiera tenido algún propósito todo le hubiera ido mucho mejor,
hubiera intentado acabar su idea, construyendo una aeronave mejor, con mayor
autonomía de vuelo o capacidad de pasajeros, y haber entrenado sin buscarlo en
el olimpo de los inventores.
Es una buena
historia para pensar en nosotros mismos.
Pensad en una competición donde somos doce equipos, uno gana y once pierden. Parece ridículo que todos juguemos con el único propósito de ganar. Con la idea del circulo dorado si encuentras tu motivo siempre ganas.
Cuidado ganas tú y todos los que te rodean, eso es muy importante.
En esta historia de
ir creando nuestro legado, vamos a tener el hándicap de la nueva sociedad en la
que vivimos. La globalización y las nuevas tecnologías han cambiado la forma de
enfrentarnos y entender la vida. Nuestros deportistas no son como éramos
nosotros a su edad, pero ni cómo eran los de hace cinco años. La evolución ha
sido muy rápida y tenemos que saber lidiar hoy en día con muchos más factores
que hace unos años.
A todo esto los
especialistas lo llaman ENTORNO VUCA, que traducido al castellano y adaptado al
voleibol sería VICAD.
Para nuestro legado
va a ser importante como nos comportemos ante este entorno y como nos van a
afectar diferentes cuestiones como la ética deportiva o el compromiso
hacia el equipo.
¿Qué es un entorno VICAD? Se trata de un acrónimo compuesto por cinco términos que
son:
Volatilidad: hace alusión a la
gran cantidad de cambios que se producen, así como a la velocidad a
la que se suceden. Nuestros deportistas son los que más cambios producen y eso
lo transfieren al proyecto.
Incertidumbre: se refiere a la
dificultad para predecir situaciones o el curso de los
acontecimientos que se van dando. La escasa
previsibilidad con la que la que se puede contar. Hoy la
falta de compromiso de los deportistas hace que se den situaciones imprevistas
cada vez más comunes.
Complejidad: se trata de la
dificultad para entender y manejar el contexto, o para distinguir
entre causa y efecto. Las relaciones entre los distintos miembros del equipo
son cada vez más difíciles, afectando a la organización del mismo. Esto provoca
la ausencia de verdaderos líderes que
toman decisiones con el apoyo de la plantilla.
Ambigüedad: Incide sobre la
falta de claridad generalizada que provocan
todos los factores anteriores. Sucede que ya no hay fórmulas establecidas para
la solución de problemas típicos.
Dinámico. Un entorno cambiante
en cuanto a deportistas, entrenadores, patrocinadores, reglas de juego y
competiciones. Esto implica un movimiento con cambios de deportistas y
entrenadores, lo que produce otra utilización del concepto como descartable
(nadie es imprescindible hoy en día).
¿Cómo adaptarse al entorno VICAD?
Para que tu proyecto
se adapte a dicho entorno de la mejor manera posible, debes tener siempre en
mente 5 claves:
Planificación flexible, no existe un
horizonte fijo de nuestros objetivos, así nuestro campo de visión tiene que ser
amplio para poder entender bien todos los procesos.
Conocimiento de uno mismo y de
nuestro equipo. Saber nuestros puntos fuertes y sacar el máximo rendimiento.
Innovar en nuestras tareas gracias a la formación constante y el talento.
Persistencia, no todo tiene que
suceder a la primera, hemos de insistir y con optimismo pueden aparecer
oportunidades inesperadas.
Resiliencia. El proyecto y sus
miembros deben de ser capaces de reaccionar ante retos inesperados. Nada de
paralizarse y bloquearse, reinventarnos y buscar rápidas soluciones.
Simplicidad-Claridad. ¿Qué es lo que
queremos?, ¿a que nos enfrentamos?, no podemos hacerlo todo a la vez, tenemos
que ir paso a paso teniendo claro el objetivo propuesto y poniendo en práctica
todo lo enseñado anteriormente.
Ayudará y mucho
tener unos buenos lideres dentro del equipo. Además, los miembros de tu equipo
han de tener una fuerte implicación con el proyecto y ser
perseverantes en la consecución de los objetivos. Esta implicación se consigue
compartiendo con ellos el propósito, ¿por
qué lo hacemos?
Nuestro liderazgo
como entrenador se demuestra sabiendo delegar en ellos ciertas
responsabilidades del proyecto, que sean ellos los que tomen las decisiones que
afecten al grupo y que puedan contar con la confianza de que son suficientemente
poderosos para llevarlo a cabo. Esta adquisición de poder es lo que se llama empoderamiento y hace que todos los
miembros alcancen un estatus de mejora que afecta al grupo en general.
Cuando estoy seguro
de mis propias habilidades, no necesito acaparar el poder: puedo delegarlo un
poco y eso tiende a dar resultados. Los
líderes reales crean líderes.
Alguien pensará ¿Cuál ha sido mi propósito? Simon Sinek dio en la clave, “jugar para perdurar”.
Siempre en mis
proyectos ha estado presente el siguiente el motivo:
“que jugaran el mayor número de deportistas, durante el mayor número de
años posibles y conseguir que su nivel progresará para poder disfrutar de este
bello juego”.
A mis jóvenes
jugadoras estos últimos años les repito mucho un principio de los All Black
“deja al final de la temporada tu camiseta, en mejor lugar en que te la has
encontrado al principio. Ese será tu legado”. Ya tienen otro motivo para creer
en el proyecto.
Una última reflexión
para acabar. Siempre he creído que uno no puede liderar algo, si primero no
lidera lo más importante, su vida. Mi ¿por qué? lo he tenido claro, el impacto
que puedes hacer sobre los demás siendo un educador.
Recordé una
entrevista en Planeta Calleja a Ana Botín donde decía que lo que más le gustaba
de su trabajo "es el impacto, el poder cambiar la vida de las
personas"
No puedo compararme
con la mujer más poderosa de España, pero tire de melancolía, de experiencias
vividas, y así me acerque a mi motivo. Recordé a mis alumnos de 4º ESO en el
año 2016-2017. Fuimos de viaje fin de curso a Port Aventura y sus alrededores.
Durante el viaje me preguntaron "Román ¿tú por qué querías ser profesor?"
mi respuesta se centró en el impacto.
Les comenté que,
aunque socialmente la labor de profesor ha ido decayendo, que su estatus está
cada vez más criticado, ser profesor tiene unas ventajas importantes en mi
vida. Cada año tengo a mi cuidado la educación de entre 160-175 alumnos en una
edad muy compleja. Es verdad que la interferencia de los padres y de las redes
sociales están provocando una dificultad en la enseñanza, pero bajo mi visión
puedo realizar un IMPACTO en ellos.
Ya sabéis, cada uno
tiene que buscar su propio legado.
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