Cuando definía el ciclo de vida del proyecto, uno de los pasos era el control y evaluación de lo que hemos definido. En este punto nos vamos a centrar en la estadística como ayuda para la evaluación del proceso de crecimiento del deportista y por ende del equipo.
Siempre recuerdo el libro de Pepe
Díaz, La dirección de equipo. Métodos estadísticos y evaluación competitiva.
La cantidad de tablas que llegue
a diseñar para poder recoger la mayor cantidad de información de cada partido,
y poder aplicar estas observaciones a los entrenamientos. Las aplicaciones
informáticas no existían, el bolígrafo y el papel era la herramienta de cada
día. Eso y una calculadora para realizar correctamente los cálculos.
Tenemos que pensar que hoy la
información que podemos tener es enorme, internet es un canal abierto a todo y
por lo tanto la dificultad está en saber escoger aquello que mejor se adapta a
nuestras necesidades.
La mayoría hemos cometido el
error de intentar abarcar cuantos más datos mejor, pero de nada sirve sin un
propósito determinado. Es por eso que cuando queráis empezar a diseñar un plan
de evaluación es importante responderos a estas tres preguntas:
· ¿Qué buscas?
Datos
numéricos que nos den información del comportamiento individual o colectivo
sobre alguno de los aspectos del juego. Sobre la práctica que realizamos, vamos
anotando una serie de valores codificados que más tarde tendremos que saber
interpretar o valorar en función de los objetivos operativos que nos marquemos.
Los datos en
principio son solo números, sin ningún significado aparente. Es cuando los
compararas o los defines con un sentido, cuando toman conciencia de su valor.
Si yo veo en
un equipo que han fallado 5 saques por set, puedo pensar que son muchos. Sin
embargo, el entrenador que maneja esos datos puede pensar que son aceptables si
definió dicho valor hasta 6 errores, pues van a jugar muy duro al saque durante
dicha competición (una fase final donde acceden con el peor ranking).
La definición
de estos objetivos operativos te va a hacer buscar en los componentes del juego
que tu consideras oportuno. No puedes buscar el número de dobles del colocador
contrario, si tu definición ha sido otros errores del contrario (o.e.c). Lo
mismo pasa con los datos que tu defines para tu equipo, que en principio
tendrían que ser los principales.
En mi caso busco que los datos me aglutinen información sobre:
Es por ello que la toma de datos durante el partido tiene que tener definida cada uno estos apartados, haciendo una valoración (en mi caso numérica) de cada uno de ellos.
Aquellos que
utilizan aplicaciones, como el DataVolley (utiliza signos como #, +, /, ¡, =,
-) podrán seguir los valores marcados o prefijados por el programa. Yo que no
lo utilizo intento asemejarlo con el papel.
Pongamos un ejemplo
con el saque (notación numeral):
0.- Fallo de Saque.
1.- El equipo contrario recibe fácil.
El colocador se mueve uno o dos pasos para colocar y tiene todas las opciones
de ataque.
2.- El equipo contrario recibe haciendo
desplazarse a su colocador más de dos pasos y pierde opciones de ataque.
3.- Saque directo punto o el
equipo contrario recibe mal y no puede devolverla.
Como vemos en
este ejemplo, aparecen tipos de balones que tenemos en la cabeza y que no los
he puntuado.
¿Qué ocurre
con un balón que recibimos y lo coloca de antebrazos un jugador que no es el
colocador? Cada uno tendrá que codificarlo. Ideas hay muchas, podríamos ponerlo
en el tipo 2 añadiendo la explicación o crear un tipo 3 para esta situación y
el que definimos como 3 pasarlo a 4.
¿Y si el
colocador es muy bueno, da más de dos pasos, pero arriesga y pone primeros
tiempos? Igual, codificáis el valor que vais a tomar para dicha circunstancia y
a partir de ahí lo aplicáis.
Hay que tener claro lo que buscas, y entonces
será más fácil definir qué aspecto del juego vas a seguir en el partido. Y no
preocuparos por empezar llevando una o dos cosas y poco a poco ir aumentando.
Cuando uno empieza comete muchos errores, y uno de ellos es perderse en el
partido si llevas mucha estadística. Si es así, graba el partido para luego
confirmar que los datos que tomaste tienen la precisión qué quieres.
No pasa nada,
Cesar Hernández uno de los mejores scout del voleibol dice, que lo primero que
hace cuando vuelve a observar el Data del partido es depurar el código (repasa
las líneas de código por si algo está mal) y sincroniza el video con el código
para tener una mejor visión de todo. Es decir, tu estas metiendo en tiempo real
los datos del partido (en nuestro caso en el papel) y hemos podido anotar algo
incorrecto (imagínate que la recepción es de la nº 13 pero al pulsar o escribir
se lo hemos puesto a la nº 3 que salió a un saque). Se corrige y tan tranquilo.
·
¿Qué encuentras?
Si nosotros
tenemos definidos unos Objetivos Operativos para nuestro equipo, es fácil
encontrar a simple vista que hemos cumplido o que no hemos cumplido. Donde
reside la fortaleza de nuestro juego y donde esta nuestra debilidad. Podemos
vislumbrar algún objetivo de oportunidad para la mejora y estar atentos a la
posible amenaza que se puede presentar en cualquier momento. Hemos de analizar
nuestro juego y ser reales con los valores que ponemos, no engañarnos. Es
verdad que cuando jugamos en una nueva competición o categoría, somos un poco
nuevos en cómo se va a desarrollar nuestro juego (que muchas veces depende de
la complejidad del rival). No es lo mismo jugar para ascender de 1ª Nacional a
SF2 que jugar para no descender de SF2 a 1ª Nacional.
Es por esta
situación que dichos objetivos tenemos que revisarlos durante los primeros
partidos de la competición, y sería conveniente que pudieras jugar el mayor
número de partidos amistosos durante la pretemporada e inicio de la competición
para cargar de datos nuestra base.
Aquí os
dejamos una idea con gamificación.
Si a esto le puedes añadir un gráfico radial como el de la figura, sabemos lo cerca o lejos que nos hemos quedado de nuestra consecución.
·
¿Cómo lo aplicamos?
Una vez que hemos encontrado el
DAFO de nuestro juego, gracias a los Objetivos Operativos, tenemos que plantear
las sesiones de entrenamiento de acuerdo a analizado en esa fase. Esta parte la vamos a definir como Microestructuración.
Cuando acabamos el partido y
conseguimos tener una idea clara de cómo hemos jugado, analizando todas las
variantes que tenemos a nuestro alcance, es el momento de comenzar a pensar en
la semana de trabajo. Organizar todo el trabajo respecto de los datos que
tenemos y el rival del próximo partido.
Alguno diréis, pero en iniciación
muchas veces tenemos poca información de los rivales.
Pues hay que buscar algo. Desde
redes sociales, a preguntar a entrenadores de otros equipos, ver el partido de
la primera vuelta, mandar ayudante a grabar un set semanas anteriores, saber
quién es el entrenador y sus gustos, etc.
Con esta información hemos de
buscar nuestros objetivos físicos, técnicos y tácticos para esa semana. Y eso
lo vamos a llevar a cabo de la siguiente forma:
El microciclo de la semana consta
de 3 fases:
1. Recuperación de la competición. Donde
vamos a trabajar el aspecto físico y el técnico analítico para corregir los
desajustes producidos en el partido. Todo ello llevado a situaciones de juego
global, reforzando nuestras fortalezas e incidiendo de nuevo en las situaciones
de corrección (comenzar el juego con un balón que nos creó dificultad en los
últimos partidos, como un free a zona 1).
2. Estimular hacia la competición. Sin
olvidar la preparación física vamos trabajando técnica de una manera más
sintética, poniendo de nuevo el dedo sobre los problemas suscitados durante los
últimos partidos (ejemplos: mala
recepción o desajuste en defensa). Acabar jugando global sobre una progresión
sobre el planteamiento del entrenamiento. Es el momento de ir introduciendo
conceptos sobre el equipo contrario, ideas generales sobre su juego.
3. Estabilizar hacia la competición. Es
importante que organicemos el entrenamiento pensando en lo que nos espera en el
próximo partido, con la información del rival y también con la nuestra. Solo
podemos depender de lo que nosotros hagamos de momento, del rival poco podemos
hacer ahora. Es aconsejable dos o tres ejercicios de calentamiento con buen
control de balón y desplazamiento por parte de los deportistas, aumentando la
dificultad e intensidad. Buscando objetivos claros que vayan a utilizarse a
posteriori. Es el momento de trabajar más táctico, empezando con algún
ejercicio sintético para acabar con global.
Hemos de prestar atención a los
errores técnico-tácticos que se cometieron, esos de los que dijimos que había
que apuntarlos y trabajarlos en los entrenamientos. Importante recordar
concentración para los errores que eran imperdonables. Todo tendrá que estar
organizado y estructurado en cada sesión.
Como no sabemos cómo se va a
desarrollar toda la semana, sería bueno dejarla organizada desde el principio.
Definir los objetivos del trabajo
a realizar respecto del análisis que tenemos, distribuir las cargas respecto de
los días de entrenamiento y escribir la sesión con los ejercicios elegidos y su
organización. Sería recomendable que os tomarais un tiempo después del
entrenamiento para anotar las dificultades que se han producido, el trabajo que
no se ha podido realizar o los cambios que se han introducido. De esa manera, y
el tiempo o lo permite, poder redefinir el entrenamiento de la siguiente
sesión.
Esto no es matemáticas que 2 + 2
= 4 , alguno de los trabajos que no se han realizado o no han salido como se esperaban
pueden ser la clave para lo diseñado al día siguiente. No dar nada por supuesto
y repasar lo definido a principio de semana.
Recuerda que a veces complicamos
los entrenamientos debido a tener demasiadas variables en los ejercicios, o por
no tener el grupo asimilados los conceptos. No intentes abarcar más de lo que
el grupo pueda, simplificar puede ayudar y mucho al trabajo que queremos
realizar, y con ello conseguir los objetivos que nos propusimos.
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